Viajar a destinos turísticos que
aportan experiencias culinarias únicas está de moda, quizás porque el buen
comer es uno de los caprichos de la vida. Y si hablamos del arte de una buena mesa,
de saborear exquisiteces, del ritual de degustar, tenemos dos destinos: Japón
en Asia y Francia en Europa. Por mucho que nos pese a los españoles, nuestros
vecinos franceses nos llevan años luz en eso de convertir el acto de alimentarse en todo un acontecimiento. Un buen ejemplo lo encontramos a dos horas de
Barcelona: Les Grands Buffets, en la localidad de Narbona.
Cuando en nuestro país aún muchos
asocian el "comer bien" con "hartarnos hasta quedar
saciados" en Les Grands Buffets encontramos un concepto novedoso que para
los franceses, muy refinados ellos, es algo de lo más normal. Salir a comer es
salir a catar y saborear, a regalarle al paladar pinceladas de deliciosos
bocados que le transportan a uno a paraísos gastronómicos.
Les Grands Buffets es difícil de
definir. Pero si París tiene Eurodisney, al que peregrinan familias de toda
Europa en busca de Micky, Peter Pan o Nemo, en Narbona Les Grands Buffets es el
parque de atracciones del paladar. Allí, quesos, foies, mariscos y vinos
gourmet son la atracción principal.
Mr. Privat es un elegante e
inteligente hombre de negocios francés que en 1989 fundó un buffet libre cuando
eso de los woks asiáticos y la comida a peso aún no se había convertido en lo
que es hoy: gastronomía de "todo a cien". Mr. Privat soñó un espacio
de innovación gastronómica con el que acercar la cocina tradicional francesa a
sus propios compatriotas. Y así puso en marcha uno de los buffets más grandes
de Europa donde saborear una cuidada selección de recetas tradicionales de
cocina gala. Les Grands Buffets es hoy en día una verdadera experiencia con
la que acercarse a los manjares clásicos de la burguesía francesa.
Entrar a este restaurante es todo
un espectáculo: una decoración exquisita jalonada de obras de arte le transportan
a uno a esa época en la que los burgueses galos pisaban con pie firme y
barbilla alta, presumiendo de orgullo patrio y saber ir por el mundo. En Les Grands Buffets
todo es elegante y cuidado, fino y delicado, y todo el personal derrocha esas
particulares buenas maneras que los franceses han cultivado durante siglos. Y
al mismo tiempo se come en un ambiente cómodo y distendido en el que autoctonos y vecinos europeos comparten mesa y cuchillo sin aglomeraciones ni barullos.
El viaje por Les Grands Buffets
tiene varias estaciones: La Rostissérie, un inmenso asador panorámico donde te
cocinan platos al gusto y al momento (delicioso magret de pato, exquisita la
langosta o el bogavante o tortillas creadas al momento solo para ti). La
estación de Le Mer ofrece una inagotable fuente de mariscos, con las ostras de
Gruissan como estrella principal además de salmones, langostinos y demás
delicatesen del mar. La Formage es uno de los mayores buffets de quesos de
Europa, con ejemplares exclusivos y esas especialidades que tanta popularidad y prestigio han dado
a los franceses (Oh! El Roquefort Papillon!!). No podemos dejar de visitar el
buffet de los foies, con todas las variantes de la tierra, que son explosiones
de sabores que sorprenden al comensal casi hasta el delirio. Y por supuesto hay
que acercarse a esa zona de guisos, verduras, carnes y pescados que tan buena fama
han dado a la alta cocina francesa. La última estación, si es que quedan
fuerzas y sitio en el estómago, es La Pastissérie. Allí nos esperan los grandes
clásicos de la pastelería francesa con más de 100 variedades y fuentes de
varios chocolates... Todos ellos elaborados el mismo día por maestros
pasteleros que trabajan con mimo la popular repostería francesa.
Mención especial merecen los
caldos. La carta de vinos de Les Grands Buffets es una verdadera guía vinícola
de la región del Languedoc-Roussillon. Y es que con más de 70 variedades, es
casi el único restaurante en toda Francia que dispone de tanta variedad. ¿La
ventaja? Poder degustar vinos de valor "top" recién descorchados solo
para ti, pagando por copa. Y si te convence, te llevas la botella a precio del
distribuidor.
En mi visita a Les Grands Buffets
en calidad de periodista invitada tuve la ocasión de recorrer la zona de
cocinas con Mr. Privat y descubrí que el mismo mimo que se pone en la
elaboración de platos y el trato al cliente, se da también a la limpieza y el
orden, una de las máximas del propietario, que utiliza sistemas de desinfección
muy parecidos a los protocolos que siguen laboratorios o quirófanos. Toda una filosofía
de empresa que pasa por el que cada trabajador desarrolle su labor contento y
en buenísimas condiciones laborales. No es de extrañar pues la entrega y
excelencia del servicio.
Definitivamente Les Grands
Buffets merece ser considerado uno de los rincones fetiche de la cocina
francesa, un espacio en el que perderse y descubrir los aromas, texturas y
sabores que han dado fama mundial a la alta gastronomía del país. Narbona y Les Grands Buffets están ya en la ruta de los templos del arte de la mesa
francesa para el gran público. Porque todo esto que os he contado sale a un
precio de 30€ por persona, más bebidas. ¿Verdad que es una maravilla?
http://www.lesgrandsbuffets.com
http://www.lesgrandsbuffets.com