miércoles, 12 de octubre de 2016

Estupa de Boudhanath, la meca del budismo nepalí

Siempre que hablo con alguien de viajes sale la pregunta: Y de todos los países que has visitado cuál te ha gustado más? Imposible medirlos a todos por el mismo rasero porque cada sitio tiene sus encantos si se los sabes encontrar. Pero sin duda siempre nombro a Nepal y en concreto a Katmandhu porque considero que allí pude realmente conectar con el mundo espiritual de religiones como el hinduismo o el budismo.

La estupa budista de Boudhanath, Patrimonio de la Humanidad, y se trata de una de las más grandes del mundo  y la más grande de Nepal. Es uno de los lugares budistas más importantes del país; el Santiago de Compostela budista al que llegan miles de peregrinos porque ha sido desde siempre un lugar venerado por los lamas del Nepal, los tibetanos y los nepalíes hindúes.

Me impresionó el edificio, con esos inmensos ojos de Buda que lo dominan todo. Entre los ojos está pintado el número uno en nepalí (símbolo de la unidad) y encima el famoso tercer ojo que representa el mundo interior. Me resultó gracioso ver banderitas de colores por toda la zona, que me recordaron a nuestras fiestas patronales o a noches como las de San Juan y las guirnaldas de las verbenas. Estos retales de colores dan un aspecto alegre y lleno de energía al recinto pero lo cierto es que son banderas que llevan al cielo mantras budistas.


Visité este lugar tan especial al atardecer, cuando muchos devotos caminan alrededor de la estupa en sentido de las agujas del reloj y así van girando y orando. Yo misma realicé el ritual de las 5 vueltas alrededor del edificio contemplando a gentes budistas venidas de mil sitios y observando esa paz que transmiten muchos de ellos. Realmente estando allí te das cuenta de que es un lugar especial, con un encanto y una calma que hacen que la visita merezca mucho la pena. Allí se respira bondad y equilibro. Es de esos sitios en los que sentarse a contemplar la vida es algo terapéutico.  

























domingo, 9 de octubre de 2016

Jungfrau, top of Europe

Los Alpes es uno de los regalos más hermosos que ha dado la naturaleza a Europa. Lo saben muy bien en Suiza. Hasta allí peregrinan cada año miles de turistas que buscan contemplar desde lo más alto las espectaculares vistas y los maravillosos paisajes alpinos. Quizás por eso (y por su innegable belleza) la comuna suiza de Interlaken es uno de los destinos turísticos estrella y un punto obligado de visita en todas las rutas de los viajeros ávidos de naturaleza extrema.

Llegar a Interlaken es colarse en una estampa de praderas verdes y montañas y pinos majestuosos. Una postal al más puro estilo "heidi", mítica serie de dibujos animados que marcó a toda una generación y nos hizo soñar con correr montaña abajo como la simpática protagonista del cuento.

De entrada, la ciudad de Interlaken hace honor a su nombre con los dos lagos que la rodean (el Thun y el Brienz) y que le aportan un entorno majestuoso. El simple hecho de pasear en barco por sus tranquilas aguas, contemplando las montañas del entorno, hace que la visita merezca la pena. Paz, tranquilidad, harmonía, belleza, esplendor... Todo eso en un paisaje que enamora al viajero novato en cuestiones alpinas. La ciudad de Interlaken es el oasis al que nos gustaría escapar en esos días de agobio, estrés, trabajo y nervios; una buena medicina para tener a mano y evadirnos al menos unos minutos. Supongo que por eso se venden detergentes, ambientadores, jabones, pastas dentífricas o chicles con el popular "aroma alpino" como principal reclamo. Hay que ir allí para entender la sensación de frescor y naturaleza que lo envuelve todo.

Cuando la Oficina de Turismo de Suiza en Barcelona me propuso la visita al Jungfrau aún no era consciente de lo que me esperaba. Me dijeron "Has de hacer la excursión estrella de Interlaken,  subir al pico Jungfrau, Patrimonio de la Humanidad!!". En 1811 fue la primera vez que se alcanzó la cima y desde entonces se generó un interés y una admiración que hicieron a los suizos poner empeño en que todo visitante, joven o anciano, con problemas de movilidad y hasta las mascotas, pudiesen llegar al Jungfrau y contemplar las vistas. Por eso construyeron un tren cremallera, el Jungfrauvahn, que cómodamente te lleva hacia la cima donde te espera la estación de tren más alta de Europa. El trayecto (más de 1 hora) es un escaparate con vistas a casitas de madera con flores en las ventanas, a prados verdes, a vacas pastando... Y a partir de cierta altura lo que ves es un manto blanco de nieve y los raíles del tren. Me fijaba en las expresiones de los turistas asiáticos venidos de la India para contemplar por primera vez la nieve. Sus caras son casi lo mejor del paseo!!

Al llegar al observatorio te esperan varias visitas atractivas e imprescindibles: el palacio de hielo (dentro de la montaña), la terraza con las vistas a más altura (un ascensor sube hasta 3571m), que está ubicada en un observatorio astronómico con una panorámica espectaculare al glaciar Aletsch, la corriente de hielo más larga de los Alpes (más de 22km!!). Para compensar el frío y recargar pilas está la tienda LINDT de bombones, un reclamo para los más golosos, y por supuesto el restaurante con un mirador de cristal que ofrece una visión única de los Alpes mientras degustas el tradicional Rösti de patata y te recreas en la mesa, sabiendo que aquello es una experiencia difícil de repetir. 

Entrevista sobre Interlaken y su famosa visita al Jungfrau "Top of Europe": 
https://www.youtube.com/watch?v=WMuCaxLQqoo

Agradecimientos: Oficina Turismo Suiza en Barcelona