domingo, 24 de julio de 2016

Cesky Krumlov, viajar a un cuento de la Bohemia Meridional

Dicen de Cesky Krumlov que es el pueblo más bonito de la República Checa y muchos (yo me incluyo) lo prefieren antes que a la ajetreada y masificada Praga.

A unas dos horas y media de la capital uno aparece como por arte de magia en medio de una pequeña ciudad plagada de edificios medievales góticos, renacentistas y barrocos construidos a uno y otro lado del rio Moldava. Cesky Krumlov es patrimonio de la Unesco desde 1992, así que no hablamos de otro pueblito medieval más que tiene cierto encanto. Es la auténtica joya de la Bohemia del Sur.

El icono del lugar es la rosa de cinco pétalos, imagen del escudo de la familia noble más poderosa de la zona, los Rosenberg. Después de ellos, otras familias pudientes de la región acabaron de convertir la localidad en un lugar especial.

Su imponente castillo, el segundo más grande de la Rep. Checa, ofrece unas vistas espectaculares de todo el casco antiguo desde una torre cilíndrica muy bien conservada. Visitar el recinto del catillo es interesante, sobre todo porque conserva uno de los pocos teatros barrocos que quedan en el mundo y que aun funcionan sin haber tocado apenas ningún detalle de su construcción y de su particular modo de hacer representaciones. El teatro es una joya de incalculable valor patrimonio de la Humanidad. Visitarlo es colarse en aquellas funciones teatrales donde todo se hacía a mano, desde la iluminación con velas a los efectos especiales a base de curiosísimos artilugios.

Callejear por el casco antiguo con suelos adoquinados y construcciones barrocas es uno de los encantos de la visita. La plaza del ayuntamiento, el puente de madera, la calle Latrán (que conserva un aire de otro siglo muy entrañable) o acercarse a la única puerta medieval que se conserva. Nada defrauda porque todo está cuidado con mimo y detalle.

El rio Moldava es uno de los protagonistas de la ciudad por eso es interesante subirse a una embarcación preparada para turistas y navegar en silencio contemplando casas y detalles a  uno y otro lado. Recomiendo totalmente la experiencia por bonita y relajante. 

Dos cosas más recuerdo con especial cariño: muchos turistas visitan Cesky Krumlov en una excursión de un día desde Praga y se pierden los paseos nocturnos con una maravillosas vistas de todo iluminado. Y la otra son los dulces de amapola, algo típico de la zona y que resulta ser... Mmmm una delicia!!

Entrevista en Cesky Krumlov a la guía Jitka Girátová (Agradecimientos a la Oficina de Turismo de la Rep. Checa en España):





























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