sábado, 2 de mayo de 2015

Camboya, lejana y salvaje

Humedad intensa. El monzón regala ratos de lluvia que dejan un manto de calor pegajoso al que uno acaba por aceptar como parte del trato; es lo que hay si quieres visitar los templos engullidos por la jungla camboyana.

Es patrimonio de la UNESCO, es el escenario de la película de Angelina Jolie en en papel de Lara Croft. Pero... ¿Habrá merecido la pena llegar hasta Angkor Wat? Además de hacer un viaje físico a Camboya no sospeché que viajaría atrás en el tiempo. Y es que no solo son los templos, es el escenario en el que se encuentran lo que te sumerge en un ambiente casi místico. En medio de un paraje verde duermen derrotadas por el paso de los siglos estas ruinas de piedras, ramas y musgo resbaladizo. Son el testigo de un pasado glorioso, de un reino que fue pero ya no. Los árboles, las rocas me recuerdan que aquellos que fueron reyes hoy no son más que un recuerdo. Ni eso. Son una postal, la foto de un turista, un imán en la nevera que dice CAMBOYA. ¿Qué quedará de nosotros en unos siglos?

 




















 
 

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